lunes, 20 de octubre de 2008

POKER ( PoR rp2madrid)

Estabamos la pandilla pasando unos días en la casa del campo como solemos hacer todos los veranos siempre había tenido las ganas de proponer algún juego en el que nuestro pelo corriera peligro y hoy lo hice en plan de broma.
El día había sido aburrido y propuse:
- Porque no jugamos al poker? el que gane tiene que obligar a cumplir a los otros a hacer algo sea lo que sea.
Creyendo que dirían que no dijeron que si que aceptaban lo que ellos no sabían era lo que estaba a punto de pasarles.
Empezamos a jugar Mario fue el primero en caer luego Paco y quedamos Borja y yo destapo sus cartas.
- Poker de reyes, dijo Borja
Jugada difícil de superar pensaron todos y cuando ya se veía ganador destape las mías poker de ases su cara cambio de golpe no se lo podía creer.
Empezaron a decirme bueno que nos tienes preparado
- Les dije venga que voy por las llaves del coche que nos vamos.
Nos montamos en el coche nunca imaginaron donde les iba a llevar fuimos al pueblo y pare delante de la barbería de golpe pararon las risas sobre todo de Mario era rubio y el siempre había llevado el pelo por los hombros se quedo blanco.
- Venga entrar que hay sesion de peluquería
Por suerte estaba vacia era pequeña solo una butaca antigua, el barbero tendría unos 25 años era el hijo del dueño que ahora se ocupaba del negocio.
Nadie hablaba saque 3 sobres.
- Coger uno dentro esta como os teneís que cortar el pelo
En ese momento Mario hizo ademán de marcharse
-Como te vayas no te hablo más lo prometido se cumple – le dijó Borja
y se dio la vuelta cogio un sobre y se lo dio al barbero mientras se sentaba en la silla lo abrió.
- Seguro que esto es lo que te quieres hacer ? – le preguntó el barbero.
- Adelante – dijó Mario el barbero le puso la cinta el el cuello luego la capa y cogió una oster empezó a pasarla por detrás de la cabeza comenzaron a caer grandes mechones de pelo bajo los cuales se veía la piel blanca en unos segundos los lados y la parte de detrás estaban completamente rapados al 0 mientras el barbero cambiaba la cuchilla Mario se tocaba la parte de detrás de su cabeza con cara asustada,
A continuación empezó a cortar el pelo de la parte delantera ayudandose con un peine poco a poco hasta que se lo fue dejando de punta, el cambio era espectacular además le quedaba fenomenal parecía un marine.
Cuando Mario ya creía que todo había acabado vio al barbero coger la brocha y empezó a extender la espuma por la parte rapada.
Los ojos se le abrieron como platos y cuando empezó a pasar la navaja y afeitarle ya no daba crédito a lo que le estaba pasando.
Al finalizar Mario se levanto se dio la vuelta nos miro.
- Vaya pasada buff - dijo sin dejar de pasarse la mano por la cabeza.

Borja fue el siguiente ya sabía lo que le esperaba.
- Adelante estoy listo – dijo Borja el barbero volvió a coger la oster y se la paso por la frente en la primera pasada luego se la volvió a pasar una y otra vez por toda la cabeza hasta que toda su cabeza quedo totalmente rapada al 0,5. hasta que no acabo su trabajo el barbero Borja no hizo ni dijo nada fue quitarle la capa y dijo:
- Asi me lo voy a dejar todo el verano.
El siguiente fue Paco que riendose dijo:
- Afeitamela, en plan de broma al barbero.
- Si es lo que pone asi que eso esta hecho.
Cogió la oster y en 2 minutos no quedaba ya ni un mechón de pelo sobre su cabeza a continuación cogió la brocha y con abundante espuma cubrió su cabeza, la navaja y empezó a pasarsela dejandole como una bola de billar brillante luego tras echarle una loción le quitó la capa.
- Trabajo terminado.
Saque dinero y le pague.Al salir los tres empezaron a tocarse la cabeza unos a otros riendo y haciendo bromas.
- Lo habras pasado bien eh?- ellos no sabían realmente todo lo que habia disfrutado.
Llegamos a casa y al sacar las llaves cayó de mi bolsillo un as Mario lo cogió.
- Tramposo todo estaba previsto verdad ?
- Si – conteste riendome lo que provocó la carcajada general
Durante todo ese verano las visitas al barbero fueron continuas lo que hizo que fuera un verano fuera para recordar.






FIN

MI EXPERIENCIA ( POR JULIAN)

Soy profesor de secundaria en un instituto de España. Enseño a alumnos adolescentes. Debo contar que no existe ninguna regulación oficial acerca del largo de pelo para los profesores de los institutos españoles, siempre he usado el pelo muy largo. Con una extraña contradicción, porque desde hace algunos años, todos los meses deseé cortarme el pelo muy cortó...y nunca me animé. Cuestiones de personalidad, el temor a cómo me vería con el cambio; ante mi novia, mis alumnos o mis colegas. Bueno, debo contar que una visita fortuita cambió mi punto de opinión, me dio seguridad y cambió mi aspecto. Veamos. Durante el año escolar, son frecuentes las visitas de los padres al instituto para pedir información sobre sus hijos; fundamentalmente me visitan aquellos que son padres de pésimos alumnos, y que desean ayudarlos en la superación de los exámenes o la aprobación de las cursadas. Este año, en mi curso, tuve un alumno desde todo punto de vista (intelectual y personal) brillante. Sus calificaciones fueron las mejores, sus tareas superaban a la de los restantes alumnos y además tenía una forma de comportamiento sumamente madura para su edad. Cual no sería mi sorpresa, cuando en el mes de septiembre recibí la visita de su padre. El señor X... pidió de una manera correcta una entrevista conmigo, se presenta con uniforme militar, me saluda muy atentamente. Supongo que ha habido un error o un malentendido en su visita (la verdad es que no me explico su presencia en el colegio) ya que le manifiesto Incondicionalmente, que su hijo cumple sobradamente con todas las expectativas del instituto y que debería sentirse orgulloso del mismo. -Precisamente de esto quería hablarle.- me dijo calmadamente. Así, brevemente, me explica que su hijo me admira y que me estima como su mejor profesor, motivo por cual había solicitado a la dirección del colegio que yo le entregara la medalla de promoción del colegio y su medalla de honores. Simultáneamente señala que el joven ha aprendido mucho de mi y que en algunos aspectos de trabajo me ha tomado por modelo. Yo le indico que aprecio mucho a su hijo y que no dude, que me enorgullece todo lo que me está contando. Finalmente y cómo si me dijera un deber que yo he estado desoyendo, me señala que lo único que entristece a su hijo es que yo use barba y pelo largo (en este momento lo usaba hasta la mitad de la espalda) porque él entiende que va en detrimento de lo que se espera de un profesor. Yo intento explicarle que un buen profesor no significa el largo de su pelo.El me señaló parcamente, que en el mes de abril, su hijo tenía el ojo negro. Yo lo recordé inmediatamente. Me dijo que fue por una pelea contra sus compañeros por defenderme de pelilargo, y que su hijo no había dudado en enfrentarse en una pelea contra cinco alumnos. Se produjo un silencio y concluyó, usted haga lo que deseé, pero esta es una cuestión de modelo y de defensa del orgullo. Bastó su comentario sincero, lacónico y un silencio para que comprendiera mi lugar. Fue un solo instante, pero cuánto aprendí. Le estreché la mano mientras le decía:-“lo comprendo bien y le doy mi palabra que mañana puede venir a verme con el pelo cortado como usted.” A la salida del colegio sólo pensé en hacerme pasar la máquina al cero. Caminé hasta una peluquería antigua del barrio. Para darme coraje en el recorrido fumé un cigarrillo tomando confianza. Entré en la peluquería con el frío del miedo, pero con el sentido de la promesa hecha. Salude, me senté en el sillón de cuero y le dije al peluquero: “- pelo y barba”. Me pidió que me cambiara de sillón para que me pudiera afeitar. Mientras me afeitaba me preguntó cómo me iba a cortar el pelo.-“Con la maquinita a cero”- le respondí. Me dijo que como hacía mucho que no me lo cortaba probara un corte intermedio, un poco más largo... que no me iba a acostumbrar a un cambio tan brusco. Ya cuando me vi. sin la barba supe que el cambio resultaría drástico, pero ya estaba en el baile e iba a bailar.Cuando terminó, enderezó definitivamente el sillón y le pedí que me rapara a lo militar. El hombre dudó y se sonrió: _ “Piensatelo que no hay vuelta” me dijo-“una vez que enciendo la máquina “quedas colimba” (término que usamos para soldado). Convencido por mi respuesta afirmativa, el hombre, con una tijera me cortó la mitad del largo del pelo y volvió a preguntarme. Yo, por mi parte insistí: -“rapado colimba”. Avanzó nuevamente cortando el pelo con la tijera. Desconfiado, mientras trataba de mirar la cara mía por el espejo preguntó una vez más. Yo me miré en el espejo y estaba asombrado y realmente feliz del corte que me estaban haciendo. Por fin le respondí:” -Imagínese que hoy entro en el servicio militar, ¿¡me va a rapar o no, cojones!? Entonces no dudó. Encendió la máquina a cero y me rapó hasta dejar blanco por encima de las orejas y la nuca y luego la pasó por casi toda la cabeza; me la pasó dejándome como un soldado en su primer día de ejército. Cuando terminó, me sacó la capa blanca llena de pelos y por vez primera aprecié (sin lugar a dudas) el cambio y vi. lo masculino que me hacía ese corte. Por primera vez tenía el pelo como un hombre. Me miré feliz en el espejo y mientras el peluquero me cobraba y barría la montaña de pelos del suelo, me encendí un segundo cigarrillo mirándome en el espejo.Me sentí feliz. Para mi asombro, mi novia reaccionó de una forma locamente apasionada conmigo, y manifiesta que siempre habría deseado verme así. Desde entonces y cada dos meses he vuelto al mismo sillón para quedar igual de rapado. Cuando le entregué la medalla a mi alumno, el padre se acercó a estrecharme la mano y a expresarme que se sentía orgulloso que haya sido el profesor de su hijo. Desde entonces frecuento su casa y he ganado un amigo.

viernes, 10 de octubre de 2008

MI PRIMER RAPADO ( BY A RECRUIT)

Era el ultimo año en el instituto, tendría unos 16años. Desde hacía un tiempo le daba vueltas a la idea de raparme la cabeza. Normalmente, solía cortármelo no muy corto, pero sin llegar a llevarlo largo tampoco. Mi pelo es negro oscuro, fino pero muy denso.
Ya había tomado la decisión de que el próximo verano me raparia la cabeza. Como temía la reacción en casa, decidí hacerlo por fases, así que a finales de junio fui a la barbería y cuando el barbero me preguntó como lo quería esa vez, le dije que más corto que otras veces, fresquito para el verano, y que metiera la máquina también por arriba . Me recomendó que probara con el 4 por arriba y el 3 por los lados, yo acepté y me dió ese corte, mi primer corte completo a máquina, el más corto hasta ese momento.
Pero aún no era suficiente, aunque durante varias semanas no me hizo falta peinarme ni secarme el pelo, a mediados de agosto tomé la decisión de hacer otra visita al barbero. Salí de mi casa contento sabiendo que sería aún más corto que la otra vez. Mi idea era decirle al barbero que me lo cortara al 3 por arriba y al 2 por los lados. Cuando llegué a la barbería, observé que ademas del barbero de siempre había uno de prácticas.
Tras esperar una media hora , llegó mi turno. Mientras, había decidido que mejor me lo cortaría entero al 2. Me tocó el barbero de siempre, mientras el más joven miraba, y le dije que lo quería al 2. Empezó a cortar por detrás y los lados, pero cuando llegó la hora a la parte de arriba vi como dejó la máquina y cogió las tijeras, así que le tuve que recalcar que lo quería al 2, ¡todo al 2!. El barbero se sonrió y me dijo que eso estaba bien, un corte de machote, como el que ya por aquel entonces se ponía de moda entre los deportistas.
Así que me dispuse a disfrutar del momento. El barbero pasaba la máquina de un lado a otro de la cabeza, empezando por la parte la coronilla, y no empezando desde la frente y por el medio, como hubiera preferido. Con cinco o seis pases me dejó la cabeza pelona y redonda. Animado, le pregunté que tal me quedaría el 1 por detrás y los lados, él me contestó que quizás sería mejor el 1 y medio, asi que le dejé hacer. Sin embargo, cuando empezó a pasarme la máquina me di cuenta de que a lo mejor me había pasado y que se iba a notar mucha diferencia entre arriba y los lados, así que para disimularlo, no se me ocurre otra cosa que decirle que metiera el 1 y medio también por arriba.
Con el primer pase de la máquina ya me dí cuenta de que verdaderamente, en eso momento fue cuando me había pasado, pues se notaba el cuero cabelludo, pero al mismo tiempo, lo estaba disfrutando y deseaba que no pasara el tiempo. También me hice a la idea que me había rapado verdaderamente, cuando el barbero le comentó a otro chico que estaba esperando si se animaba, a lo que el chico contestó: "¿a raparme como él?", ¡verdaderamente estaba rapado!, pero el otro chico no se atrevía por la reacción de sus padres.
A pesar de ello, el barbero más joven, mientras me lavaba el pelo tras terminar de raparme, dijo que no era para tanto, que tampoco era tan radical el corte, aunque mirándome en el espejo me daba cuenta de que sí había sido un corte drástico.
Salí de la barbería contento pero con cierto temor, al llegar a casa, mis padres no aceptaron de buen grado el corte de pelo. Y lo más importante es que no sólo fue mi primer rapado, sino que luego vendrían más ... de los que ya contaré.

EL COLEGIO ( POR GAUCHO)

Yo asistí, durante los últimos años de la Dictadura militar de Argentina a un colegio de estudios secundario del tipo Nacional. Estos colegios tenía fama de ser los de mejor enseñanza y mayor exigencia. Eran públicos, pero cuidaban la fama que ostentaban con la exclusividad de los establecimientos privados. Por fin, tenía diecisiete años y concurría a un colegio que se preciaba de ser rígido en sus normas.
Nadie que no haya pasado una dictadura militar podrá comprender que durante estos períodos, todos los puesto importantes y representativos de una institución están ocupados por gente relacionadas a las fuerzas armadas o a la policía. El antiguo director del colegio, que era abogado, había pasado a la inactividad en menos de 48 horas y su puesto fue ocupado por la esposa de un marino.
Cuando yo asistí a cursar mis estudios, el jefe de preceptores ( como la casi mayoría de las autoridades del momento ) del Colegio Nacional de Mar del Plata estaba vinculado a la policía. Su aspecto era bajo, atlético y panzón, siempre con traje impecable y el cabello militar y cuidadosamente corto.
Vayamos a los hechos. En el transcurso de casi un año entero, y por razones familiares (había fallecido un abuelo paterno dueño de una pequeñita empresa que podía caer en zozobra) mis padres se fueron a vivir a otra ciudad lejana de la mía: Córdoba Capital. Y a la distancia y por teléfono, querían controlar la fuerza de este adolescente. Quedé todo ese lapso de tiempo bajo la tutela de mis padrinos, que eran muy buena gente, pero educados de una forma muy antigua; y ya cansados de discutir, me dejaban hacer, con un enojo constante.
Bueno, yo en todo lo rebelde que se puede ser cuando se tienen diecisiete años, aprovechaba. Y ese año, me resultaba sumamente descansado sin la mirada vigilante de los padres. Poco trabajaba en el colegio y realmente me había transformado en un alumno molesto para mis profesores y muy divertido y lider para mis compañeros. Hasta me había animado a custionar públicamente a algún profesor (hecho que en el momento nos parecía una clara transgresión). Entre las tantas libertades que me tomé, me dejé de cortar el pelo. Esta libertad, en esos años, era una tremenda osadía, y el más claro signo de mi rebeldía.
A todo esto, el jefe de preceptores me pidió varias veces que me cortara el pelo y yo siempre le decía que lo haría a la brevedad.....pero la verdad es que los términos convenidos se saltaban y yo seguía parado en mis trece. Viendo que no lograba nada con sus continuos llamados de atención, procedió a efectuar una citación a mis padres. Me recuerdo, que en su oficina y frente a su escritorio, le señalé que ellos no estaban y que vivía con mis padrinos que eran dos personas mayores y muy poco dispuestas a ocuparse de mí. Razoné que ni siquiera querían darme dinero para cortarme el pelo. Esta última frase incluía un velado desafío, ya que le hacía saber que mis tutores no se interesaban en mí y que su artillería no me alcanzaría. Yo creía que nada me favorecía más en mi tesitura que argumentar el desinterés de mis tutores. Esta situación (suponía) me ponía en un claro privilegio para las normas del colegio....pero no para las del preceptor.
Una mañana , al entrar en el edificio, tal y como lo hacía regularmente en las frías mañanas de Mar del Plata, el preceptor, me interceptó en el portón de entrada y me hizo esperarlo afuera. Yo supuse que, una vez más, todo había empeorado. Supuse que me prohibiría la entrada (esa era una práctica frecuente en esos día). Se aplicaba una suspensión de una semana o quince días y el alumno no ingresaba al colegio. Yo estaba nervioso, pero también me imaginaba como un vago, durmiendo en mi cama, feliz, hasta tarde....
Mi sorpresa fue cuando me dijo que lo acompañara hasta su auto que estaba estacionado frente al establecimiento. Esto no estaba en mis papeles. Balbucié e intenté pensar algunas excusas para evitarme el enfrentamiento entre preceptor y padrinos ; ya que (muy iluso) suponía que me devolvería a mi casa.
El Señor preceptor me dijo, : “-Dale subí, que te voy a hacer cortar el pelo.” Y continuó mientras sonreía. “_¿Te creías que me ibas a pasar?; bueno, no. Tengo la autorización de tu padrino y además él lo ve muy bien.”
Estaba en el auto y veía pasar las cuadras de la ciudad y estaba como loco. Cuando detuvo el auto, me encontraba en la puerta del destacamento policial de la Policía primera. En ese momento, era bastante común que la policía te cortara el pelo, así que comprendí, con terror y de manera súbita, lo que me iba a ocurrir en los próximos veinte minutos y además imaginé mis próximos días frente a mis amigos .
Allí me hicieron pasar a una piecita del fondo que hacía de peluquería. Primero me negué, pero me dijo que por las buenas o por las malas yo iba a salir de la comisaría con la cabeza rapada.
Llamó a alguien que parecía amigo suyo, y una vez que me subí al sillón, le dijo que me rapara con la máquina a cero. Un cana (policía) ¿el peluquero? se reía y él preceptor también. Éste le comentó muy brevemente que yo no me quería cortar el pelo. El otro se rió y le dijo, “-dejameló que en diez minutos te lo dejo bien tusado”. “ -Pibe, hacés mal, hay que cortarse el pelo y no meterse en líos. Ves, ahora te corto el pelo cómo hay que usarlo y despúes, solito, todos los meses... peluquería y peluquería ...salvo que quieras volver.”
Prendió la máquina y comenzó a cortar con indiferencia. Ellos charlaron de otras cosas que tenían en común. Yo con la cabeza agachada veía caer el pelo en el delantal y por dentro iba a reventar de frío por saber que era irreversible. Entre momento y momento, se apartaba de mí, dejaba de hacer su tarea y conversaba tranquilamente con su amigo. Apagaba la máquina y agitaba los brazos, discutiendo sobre la actitud de un pariente en común. Ellos se olvidaban de mí y de lo que me estaban haciendo. Para ellos era lo más normal del mundo esta cosa de rapar gente o de andar con el pelo muy corto. Sólo un hecho de la costumbre y de aseo. Entre tanto yo apreciaba en el espejo, de frente o de reojo, lo que me estaban haciendo y por dentro los puteaba y estaba excitado. Toda la cabeza (cubierta por una sombra de pelos que apenas se veían) había tomado un color gris. Las orejas había aparecido para quedarse expuestas, quisiera o no. El flequillo... ¿El flequillo? Estaba desperdigado en el piso o pisado bajo la bota del peluquero.
Aseguro que verme en un espejo sucio, de una pared de la peluquería de la policía, con la cabeza como un soldado me congeló la espalda. Lo veía y no lo podía creer. Con una brocha, me quitó los restos de pelusa antes de quitarme la capa blanca. Mi cara de preso hacía juego con la mugre del lugar, la pintura saltada de las paredes, el estante con cajonera renegrida, en la que estaban amontonados: unas maquinillas, un peine, una brocha de afeitar, una navaja, unas tijeras, un cenicero de latón lleno de colillas y sobre el que había un espejo sucio y viejo.
Había perdido.
Cuando salimos, me llevó al colegio. Me dijo,”- ahora no lo entendés, pero es por tu bien”.

EL ENGAÑO MAS AGRADECIDO ( POR JAVI)

Todo empezó un jueves por la tarde. Mi primo Diego y Yo estábamos a una semana de finalizar las clases, y esa tarde en la casa de mi tío nos sentamos a jugar a las cartas. Mi Tío nos observaba desde el living como jugábamos y nos haciamos trampa, para lo cual no interrumpió y nos pregunto si podia jugar el tambien. No vimos el inconveniente, despues de todo mi Tio Claudio es un hombre muy joven y sabia como entretenermos. El dijo, hagamos una apuesta, si Yo pierdo les compro los cascos y las rodilleras para andar en bicicleta, si gano, los llevo a cortarse el pelo. Nos pareció genial la idea, asi que empezamos a jugar. Diego y Yo nos mirabamos como para hacer trampa, pero mi tio, mas astuto desde luego, nos gano. Yo crei que la apuesta era una broma, pero cuando vi que se levanto y fue a buscar nuestros abrigos y tomo las llaves del auto, mi sonrisa desaparecio de mi rostro.
Fue entonces que estando en el auto camino a la barberia le pregunte ¿Tio es verdad que nos haras cortar el pelo? el respondió, -`ya lo verás`. MiTio era un tipo de unos 45 años, muy grandote, juega al rugby en el Liceo Naval y tiene mucha influencia con los militares. Jamás me huebiese atrevido a enfrentarlo y mucho menos discutir una apuesta hecha con todas las de la ley.
A los 10 minutos llegamos a la peluqueria. Mi primo estaba palido y le dijo `papá Yo no quiero cortarme el pelo y Javi tampoco, podriamos dejarlo para otro momento`, mi tio respondio, de ninguna manera, ustedes apostaron y perdieron, ahora perderan sus melenitas de nena que hace tiempo que no se cortan.
Cuando entramos a la barberia los dos sillones estaban vacios, no habia gente esperando, por lo que la suerte estaba del lado de mi tio. Yo me sente en uno de los sillones y mi primo en el otro. Los peluqueros tambien eran dos hombres jóvenes, uno de la edad de mi tio y el otro un de unos 30 años. El peluquero mayor le dijo a mi tio como quería cortar el pelo de mi primo, a lo que el respondio, `quiero para los dos chicos el mismo corte, un corte militar riguroso, la nuca y los costados bien pelados y arriba bien cortito`. Yo crei que me iba a desmayar, vi una sonrisa en el peluquero que me iba a cortar a mi, como que disfrutaba de la situación y vaya que lo hizo. Tomo la clíper y sin peine la empezó a pasar por mi nuca. Sentía que moría, veia caer mechones de pelo en la capa blanca y las ganas de llorar se evidenciaban en mi rostro. No pude conterme y empece a llorisquear en silencio. Mi Tio se acerco y le dijo al peluquero no te detengas, me tomo con su mano mi menton y me dijo, `ya no eres un bebe para ponerte asi, eres un hombrecito y hoy vas a tener un corte de pelo bien a lo varón, asi que deja de llorisquear y me siento mas derecho de un impulso`. El peluquero empezó a podar los costado y pude ver que practicamente no tenia nada de pelo, solo una sombra. Luego puso el peine #1 y lo paso por el resto de la cabeza. Cuando termino lo miro a mi Tio y le pregutno si quería que me afeitara los lados y la nuca, para mi sorpresa mi Tio dijo Si hazlo!! no por favor suplique, mi tio se acerco, me agarro las manos y dio la orden de continuar. En unos minutos me pasaron la razuradora por los lados y la nuca. Quede como un marine de USA, no lo podia creer, mi primo corrio la misma suerte. Cuando terminaron su obra nos quitaron la capa y nos fuimos. En el auto, comence a llorar, mi primo se reia porque el estaba acostumbrado a que cada tres o cuatro meses mi tio lo llevara a cortarse el pelo de esa forma, pero Yo no estaba acostumbrado. Mi tio detuvo el auto en una tienda deportiva, me miró y me dijo. Sos mi sobrino preferido y no podia dejar que siguieras con esa melena como si fueras una niña. Hable con tu papá y le dije que te iba a llevar a hacerte este corte, a lo que mi padre consintio. Ahora como se que sos un hombrecito te voy a comprar el casco y las rodilleras para tu bici. Automáticamente deje de llorar y la risa volvió a mi rostro. En fin, el corte habia pasado a otra cosa, ahora estaba entusiasmado con mi regalo. En la casa de deportes todos elogiaban nuestro corte de pelo, asi que mal no nos quedaba, Jana! Dos años más tarde mi tio nos inscribió en el Liceo Naval Militar, donde mi primo y Yo seguimos la carrera militar. Hoy estoy agradecido de eso y a mi Tio le debo mi estudio y mi carrera. Si no hubiese sido por el, sabrá Dios que hubiese sido de mi.

EL PEOR CORTE DE PELO ( POR LUIS MIGUEL CASTILLA)

bueno todo empezó cuando un DIA mi madrastra me dijo que tenia que estar listo en 30 minutos yo le dije que a donde íbamos a ir y ella me dijo que era una pequeña sorpresa guiñándome el ojo no me gusto nada su expresión alegre le dije que no quería ir a ninguna parte cuando llego mi papa y me dijo que claro que iba a ir que no era pregunta y yo no lo podía decidir al pasar los treinta minutos ella me dijo que ya nos teníamos que ir mi papa me acompaño al coche y le dijo en voz quedita a mi madrastra que si no quería que el me llevara empecé a pensar a donde me llevaría.
Ella se subió al coche muy tranquila y empezó a manejar la zona no me parecía conocida.
De pronto se detuvo enfrente de una peluquería y me dijo bueno esta es la sorpresa tu papa y yo pensamos que necesitas un buen corte de pelo así que bajare ella abrió la puerta del coche y se bajo dio la vuelta abrió mi puerta y me dijo bajare entonces le conteste que no quería bajarme me dijo que si no me bajaba por la buena iba a llamar al peluquero a que me bajara. Entonces me dio la mano y me bajo del coche entramos a la peluquería y no tuvimos que esperar ella había echo una cita.
Cuando llego el peluquero me dijo pasa y siéntate mi madrastra tenia una gran sonrisa yo no podía creerlo estaba apunto de llorar.
el peluquero le dijo a mi madrastra que como me iba a corta el pelo mi madrastra le dijo corto muy corto y después le dijo con voz mas baja que yo no quería cortarme el pelo y que había venido obligado el peluquero comenzó a reírse y le dijo bueno entonces será muy corto.
Una señorita me llamo y me dijo siéntate voy a lavarte el pelo yo fui y me senté ella empezó a mojarme el pelo y después me enjabono hace años que no me cortaba el pelo era ya por lo menos 2 años.
Cuando la señorita termino me dijo pasa adelante y siéntate. Me puso una capa que tenia dibujos de los instrumentos de la peluquería. Llego el peluquero y me dijo con que no querías cortarte el pelo a lo que yo no conteste después me dijo bueno es por tu bien y fue por las tijeras. Yo ya tenía el pelo casi al hombro (un poco menos)
El peluquero regreso con las tijeras en la mano y me dijo bueno voy a voltear la silla para que te relajes y puedas hablar con tu mama (el no sabia que era mi madrastra).
El volteo la silla de modo que yo no podía ver al espejo como me cortaba el pelo.
Empezó a peinarme todo el pelo para atrás entonces ge cuando empecé a oír las tijeras mi madrastra estaba muy feliz mientras yo me sentía muy mal. Parecía que eran horas las que el peluquero llevaba cortándome el pelo yo solo veía caer mechones y mechones de pelo en el suelo y en la capa. De pronto le pregunte al peluquero ¿ya va a terminar? a lo que es contesto como si apenas estoy empezando.
Seguí viendo como caían los mechones cuando dijo ahora vuelvo mi madrastra me dijo por fin ya no vas a tener el pelo largo que te hace ver muy mal y empezó a reírse.
El peluquero regreso con un córtamelo en la mano lo conecto y lo encendió pude oír el ruido me moría de miedo entonces dije nooo así no con las tijeras es suficiente a lo que mi madrastra dijo claro que no tu deja que el peluquero haga su trabajo y te deje el pelo muy corto como le pedí que lo hiciera.
El peluquero me dijo no tengas miedo vas a ver que te va a gustar. Empezó a pasar el córtamelo por mi nuca yo sentí una sensación extraña después empezó a pasarlo por las patillas y termino con la parte de arriba yo no podía ver nada y estaba muy asustado unos minutos después apago el córtamelo y dijo bien hemos terminado empezó a peinarme con un cepillo y volteo la silla yo no quería verme tenia mucho miedo.
Entonces cuando tuve enfrente el espejo me vi. era imposible me habían dejado 1 cm. de pelo estaba completamente corto tanto que no podía ni peinarse me puse muy nervioso me sentí muy mal mi madrastra me dijo bien has quedado muy bien el peluquero me quito la capa y pude pararme fuimos a pagar y después de que mi madrastra pago la señorita de la caja dijo bueno esta peluquería se maneja con citas para cuando quiere su próxima cita a lo que mi madrastra contesto no se cuando seria conveniente a lo que la señorita dijo es bueno venir cada mes o menos pero no se preocupe nosotros la llamaremos cuando consideremos conveniente un corte para su hijo.
Fue el peor día de mi vida cuando me subí al coche mi madrastra me dijo bueno me costo mucho trabajo convencer a tu papa pero lo logre ya no tienes el pelo largo ahora lo tienes corto y no dejare que vuelvas a tenerlo largo por lo cual vendrás cada mes a cortártelo.

miércoles, 8 de octubre de 2008

ANIMARME AL CORTE (POR EDU)

sucedio que desde hacia tiempo estaba pensando en mi proximo corte de pelo, siempre me habian atraido los cortes de pelo bien cortito, con maquina atraz y a los costados
Durante un tiempo largo use el pelo con rulos y no me animaba a usarlo muy corto, hasta que el verano pasado me anime y me corte el pelo bien corto, entre decidido a una peluqueria y le pedi que me rape, el peluquero me miro y me dijo, alguna vez te rapaste ??, no pero viene el verano y me quiero sentir comodo, fue mi excusa, me dijo que me iba a cortar cortito pero no mi iba a pasar la maquina ya que era un cambio muy brusco...no me anime a contradecirlo...
ya pasaron un par de meses de esto, entonces decidi esta vez ir a una peluqueria antigua de las que le gustan hacer este tipo de cambio, despues de dar muchas vueltas por buenos aires encontre la indicada, una peluqueria antigua, ubicada en el tradicional barrio de recoleta, en montevideo y quintana.
Esta vez entre decidido, me sente, me ataron bien fuerte la capa y cuando me pregunto le dije rapado por favor, perfecto, me dijo, sin dudar agarro su oster y me paso la maquina sin chistar, suplemento 2 a los costados y el 3 en la parte superior....no voy a entrar en detalles con la situacion porque la verdad fue muy exitante la experiencia, cada pasada de maquina, cada monticulo de pelo...en fin
hoy estoy feliz con mi corte de pelo bien masculino, RECOMENDABLE !!!

EL VIAJERO

Tenia 28 años cuando ocurrió esta historia.
Trabajaba de vendedor en una empresa de repuestos de automoviles y recorría toda la provincias de españa. En realidad vivía en vitoria y a veces pasaba un mes sin volver a mi casa, por lo tanto era común que en esa época yo no tuviese un peluquero fijo. Y también era obvio que no tuviese por esta razón un corte de pelo siempre igual, aunque todos mas o menos se parecían, ya que uno le da las indicaciones de cómo quiere el corte al peluquero.
Yo tenia el cabello castaño, ni claro ni oscuro, lacio y muy brilloso, lo usaba con raya al costado con gran flequillo, a los costados el cabello me tapaba las orejas (aun después de cortármelo) y atrás me tapaba el cuello de la camisa.
En varias oportunidades me elogiaron mi cabello, tanto hombres como mujeres, y no era para menos, de verdad que tenia un cabello muy bonito, yo también me lo cuidaba mucho usando un buen champu y una buena crema de enjuague, no usaba secador por que supuestamente esto seca el cabello y una vez al mes me hacia un baño de crema. Una vez un amigo me dijo riéndose, que mi cabello era el secreto de mis conquistas con las chicas, luego, pensándolo seriamente pensé que tal vez era cierto, ya que todas mis novias (y tuve varias) siempre me tocaban el cabello y me lo elogiaban.
Lo que les voy a contar sucedió en febrero, en una pequeña ciudad que no habrá tenido mas de 20.000 habitantes, allí tenia solo dos clientes.
Llegué un miércoles a la mañana y para el mediodía ya había visitado a ambos clientes. Mi próximo destino era una ciudad a 30 Km. de distancia. Yo tenia por costumbre llamar a mis clientes para avisarles que día y a que hora aproximadamente iba a pasar, de esta manera no perdía el tiempo esperando al cliente y en verdad así ahorraba mucho tiempo, que en el mes se transformaban en un par de días de ahorro.
El cliente de la próxima ciudad me había dicho que lo visite el jueves por que iba a estar de viaje y volveria ese día, por lo tanto tenia el miércoles por la tarde libre. Era raro que esto sucediese, ya que saltaba de una ciudad a otra inmediatamente. No quería dejar de visitar a este cliente ya que me compraba mucho, y este era mi ultimo cliente antes de volver a Vitoria.
Así que después de almorzar salí a pasear por las despobladas calles de esta ciudad, eran aproximadamente las dos del mediodia. Y en esta ciudad la gente duerme la siesta.
No hay mucho para ver, pero me gustaba caminar de día por esa ciudad solitaria.
Ya llevaba casi una hora de paseo cuando pase por una vieja peluquería que curiosamente estaba abierta. Me llamo la atención y seguí caminando. Habria andado media kilometro cuando recordé que el día anterior, despues de bañarme, al peinarme, me dije que ya necesitaba un corte de cabello.
El siguiente medio kilometro lo anduve mientras pensaba si volvía a esa peluquería a cortarme el cabello, o lo hacia cuando volviese a Vitoria.
Analice la situación y llegue a la conclusión que era mejor aprovechar esa tarde libre haciendo cosas que comúnmente no puedo hacer cuando estoy con mucho trabajo, por ejemplo acudir a la peluquería, de paso al otro día visitaba al cliente con una mejor presencia, ya que mi cabello estaba demasiado largo, me lo había dejado crecer mas de lo de costumbre, y no me gustaba. así que di la media vuelta y volví por mis pasos hacia la peluquería.
Al llegar a la puerta de la peluquería me encontré que la misma estaba iluminada por la luz que entraba por la puerta y por la que pasaba a través de la cortina que daba a la calle. pensé que estaba cerrada, pero la puerta abierta me invitaba a entrar a investigar.
Era una peluquería muy vieja, con sillón de metal y cuero. Olía a talco antiguo. En una de las sillas destinadas a los clientes que esperan, también antiguas por cierto, estaba sentado durmiendo con la cabeza gacha el que sé suponía era el peluquero. Un hombre de unos 70 años, de contextura mediana y con su cabeza rapada.
En voz alta dije - “perdón”. El hombre levanto su cabeza como sorprendido, me miro por un segundo como tratando de entender que era lo que sucedía, y en tono un poco seco me dijo –“si, que quiere”. Le conteste –“para cortarme el pelo, ¿esta abierto? “. Con un gesto un tanto brusco me hizo una seña con la cabeza mirando el sillón al tiempo que decía –“siéntese”.
Tome asiento un poco sorprendido por la actitud despectiva de este peluquero para tratar a un cliente, sospeche que simplemente era así por que yo era un desconocido, y generalmente a los desconocidos en estas ciudades pequeñas se los trata con desconfianza.
Me coloco la capa alrededor de mi cuello y al atarla atrás, la apretó bastante, tanto que cuando termino y me la retiro me quedo la marca por unas horas.
Luego de colocarme la capa, tomo mi cabello entre sus dedos arriba y luego atrás como determinando el largo del mismo, inclusive observe una mueca en su rostro como desaprobando el largo.
La peluquería debía tener al menos 50 años, no solamente por lo antiguo del sillón, que tenia el cuero ajado y roto en algunos lugares, sino también por todo el mobiliario. El espejo estaba oxidado en los bordes y tenia una esquina quebrada. Bajo el espejo había un mármol negro donde estaban apoyados los instrumentos de trabajo y bajo este había dos cajones. Sobre el mármol había cuatro maquinas de cortar el pelo manuales, varias tijeras y cinco o seis peines. En una esquina había una especie de portalápiz de donde sobresalían varias navajas.
Supuse que iba a encender las luces para trabajar, pero no lo hizo. Si bien entraba bastante luz de afuera, creo que no era lo suficiente para trabajar cómodo.
El peluquero dio vuelta el sillón de tal manera que yo quede de espalda al espejo, y quede mirando la puerta de entrada.
pensé que estaba arreglando algo del sillón, y que pronto me volvería a poner de cara al espejo. Aparte que todavía no me había preguntado como iba a querer mi corte. Sin embargo se escuchaba ruido como que estaba manipuleando los elementos de trabajo, que abría y cerraba los cajones... pensé –“me imagino que me ira a preguntar como quiero que me corte, bueno, no importa, si veo que me empieza a peinar sin preguntarme, me adelanto y le digo yo como lo quiero”.
En eso, observo en la puerta un cartel al lado del letrero de abierto. El cartel estaba hecho sobre una hoja blanca de unos 10 por 20 cm., y escrito con fibron negro. El cartel decía: “en esta peluquería solo hacemos cortes cortos, Ud. Entra a su riesgo”. Fruncí la frente como diciéndome – “estoy leyendo mal, no puede decir semejante cosa”, y volví a leer el cartel dos veces más. Efectivamente estaba leyendo bien. Lo que sucedió a continuación lo recordare por el resto de mi vida.
Ni bien estaba terminado de leer el cartel por tercera vez, la mano del peluquero se apoyo en la cima de mi cabeza y me la inclino hacia abajo. Yo abrí la boca para decirle como quería que me corte el cabello, es decir apenas dos centímetros en general, eso decía siempre. En eso escucho que se enciende la maquina eléctrica. No era el ruido de siempre, de todas las maquinas eléctricas, que se escucha un chillido rápido. Esta se escuchaba un poco más lenta. En vez de decirle lo que había pensado, simplemente pensé “¿qué esta por hacer este tipo?”.
A continuación siento algo frío en mi nuca y el sonido de la maquina lo siento retumbar en mi cabeza. Recuerdo que apenas atine a abrir la boca para pararlo, pero no me salieron las palabras. Sentí un escalofrío en mi columna y que el corazón se me paraba del terror, no me salían las palabras. Sospecho que todo esto sucedió en apenas una fracción de segundo, pero a mí me pareció una eternidad.
De repente el frío de las cuchillas de la maquina que sentía en la nuca, sé deslizaron en un movimiento ni lento ni rápido hasta la coronilla. No podía creer lo que estaba sucediendo. ¡me estaba pasando la maquina por mi cabeza! ..intente decir algo, “¡pare!” O “¡qué hace!” , pero las palabras seguían sin salirme, sospecho que era del ataque de pánico que tenia.
La maquina volvió a la base de la nuca y nuevamente se deslizo hacia arriba, pero ahora en una franja al lado de la primera, y otra franja mas, y otra, hasta cubrir toda mi nuca. A pesar del calor de febrero, sentí frío en mi nuca, la tenia desnuda.
A partir de allí no recuerdo haber pensado en nada mas, es como que me deje llevar, me sentí sumiso, como violado.
Hizo el mismo trabajo en ambos costados. Ahora podía ver caer en mi regazo largos mechones de mi brilloso cabello, no podía creer lo que veía, eso no me podía estar sucediendo a mí, parecía ser un sueño.
Alcance a ver la maquina y vi que tenia las cuchillas desnudas, sin los soportes que habitualmente se le coloca a las maquinas para no cortar tan corto el cabello. Ahí creí desmayarme.
La maquina se deslizo desde mi patilla hasta donde habitualmente me hacia la raya del peinado.
Luego paso del otro costado con idénticos movimientos.
Una vez que termino esto apago la maquina.
pensé que la tortura había terminado, pero no era así.
Escuche que hacia ruidos con sus elementos de trabajo, y a continuación volvió a mí con su elemento de tortura, la maquina, pero esta vez sí tenia el soporte en sus filos. Lo supe ni bien la vi, era para la parte de arriba de mi cabeza.
La prendió y la apoyo en mi frente. La maquina se deslizo hasta la parte de atrás una y otra vez hasta cubrir toda la parte de arriba de mi cabeza. Nuevamente veía caer toneladas de cabello brilloso en mi regazo.
Una vez terminado esto, cambio de maquina, me di cuenta por el ruido, ahora si era un chillido mas rápido, y marco todo el borde de la nuca y la patilla.
Luego saco la pelusa de la nuca con la navaja, y me paso en la cabeza un cepillo del tipo que se usa para sacar brillo a un zapato.
Por ultimo el movimiento más terrible de todos: dio vuelta el sillón y me encontré frente al espejo.
Estaba totalmente pelado. Inclusive arriba, por mas que estaba mas largo que a los costados, seguía siendo muy corto. Juro que no me reconocí.
Me saco la manta, la sacudió y dijo: “listo joven”.
Todo lo sucedido fue muy extraño, inclusive no le dije nada al peluquero. Por mas que estaba indignado , ni le dije nada, solo pague y me fui.
No sé cuanto anduve, mi cabeza estaba en otro mundo, como perdido, todavía sin poder creer lo que había sucedido. Cada tanto me tocaba la cabeza para verificar que era cierto lo que había sucedido.
En el hotel el recepcionista no me reconoció, y tuve que explicarle quien era, que solo me había cortado el pelo.
En el baño del hotel creo que estuve mas de media hora mirándome y pasándome la mano por mi cabeza rapada.
Con los días la bronca se me paso y la verdad que me termino gustando. Si bien mi pelo era bonito, ya era hora de cambiar ese corte de niño, pero nunca me hubiese animado.
Termine encontrándole el lado positivo a esa rapada.
No me he vuelto a rapar, pero si uso ahora el cabello mas corto, que se adapta mas a mi edad, tengo 36 años.

MI CASTIGO (POR IÑIGO)

A la noche cuando llego mi padre pregunto si había conseguido un corte de pelo cuando me vio me dijo que tendría un castigo.
Al día siguiente me despertó temprano y me dijo que tendría que cumplir mi castigo yo estaba nervioso, pero no había tenido que cortarme el pelo. Al poco tiempo nos subimos al coche y nos fuimos yo no sabia a donde íbamos pero de pronto mi padre se detuvo en la peluquería.
Yo estaba casi llorando no quería cortarme el pelo, cuando no bajamos la peluquería estaba casi vacía solo había otro cliente.
Mi padre se bajo y fue a la recepción dijo que necesitaba un corte de pelo realmente corto.
El peluquero me llevo hasta la silla y me puso la capa y me peino, saco las tijeras comenzó a cortar y yo solo podía oír el ruido de las tijeras. A los pocos minutos saco la maquina de cortar el pelo.
Yo estaba temblando cuando pregunto a mi padre como seria el corte, mi padre le dijo que pusiera la maquina en #1.
El peluquero lo hizo y comenzó a pasarla alrededor de mis orejas y mi cuello. Cuando al fin termino pude verme en el espejo casi no me reconocía pagamos y nos fuimos de la peluquería.

MI HISTORIA ( POR GUSTAVO)

Un día oí a mi madre hablar con mi padre sobre mi corte de pelo ella decía que yo parecía una niña y estaba harta de mi pelo mi padre le dijo que el me llevaría a la peluquería cuando tuviera tiempo entonces mi madre dijo que ella podía llevarme esta mañana. Eran las 10 cuando ella llego a mi cuarto y me dijo que me arreglara pues iríamos a la peluquería yo le dije que yo no iría.
Ella me dijo que no iba a preguntarme que yo iría o traería un peluquero a casa. Mi padre entro al cuarto y me dijo que me arreglara, paso una hora y nos subimos al coche mi madre condujo 20 minutos y luego aparcó. Estábamos enfrente de una peluquería muy grande con muchos peluqueros cortando pelo de otras personas.
Llego un peluquero y me pidió que me sentara en una de las sillas le dijo que quería un verdadero corte de pelo, yo tenia el pelo casi hasta al hombro, le dijo que le gustaría un corte militar pero que yo no quería cortarme el pelo si no que había venido obligado, el peluquero se empezó a reír y camino hacia la silla me lavo el pelo y al cabo de 10 minutos conecto la maquina de cortar el pelo.
El me dijo que ya sabia como seria el corte me puse una toalla alrededor del cuello. Dio vuelta a la silla de modo que yo no pudiera ver como me cortaba el pelo. Cojio unas tijeras y empezó a cortármelo, yo solo podía ver como caía mi pelo al suelo. Después empujo un poquito mi cabeza hacia adelante encendió la maquina de cortar el pelo y comenzó a pasarla por la parte de atrás yo tenia una sensación extraña que nunca antes había sentido cuando termino con la parte de atrás empezó a pasarla por los lados y así repitió por los dos lados hasta que llego a la tapa comenzó a pasarla yo estaba muy nervioso solo podía oír las risas de mi madre y su voz diciendo que bueno que todo ese pelo se va ahora si vas a parecer hombre y no una niña.
El peluquero también reía después de 20 minutos sacudió mi cuello y me quito la toalla volteo la silla y pude verme en el espejo.
Cuando me vi. Quería morirme tenia el pelo apenas un cm. de largo cuando lo había tenido casi hasta los hombros me baje de la silla y fuimos a pagar nos subimos al coche y mi madre me dijo que ya no permitiría que tuviera el pelo largo y que cada vez que creciera vendría a la peluquería

lunes, 6 de octubre de 2008

la confusion ( por esteban)

Hace unos días me encontraba haciendo unos tramites en el centro, en Córdoba ciudad en donde vivo, hacia algunos días que quería cortarme un poco el pelo, al pasar frente a una peluquería recordé que hacia como 3 años me había cortado el pelo allí y decidí entrar para recortarme el pelo un poco no mas, nada extremo.Cuando entre me llamo la atención que el peluquero, un cuarentón con un corte militar me saludara calurosamente como si me conociera, yo pensé que solo era de simpático y me senté a esperar mientras terminaba de cortarle a un cliente.Cuando termino me llamo y entonces me senté en su silla, me pregunto como andaba y que hacia mucho tiempo que no me veía mientras coloco una capa blanca alrededor de mi cuello fuertemente y me pregunto : te corto igual que la ultima vez? A mi me sorprendió que se acordara ya que solo me corte el pelo una vez allí, y hacia mucho tiempo, pero pensé que podía ser y le dije que si. Justo en ese momento empezaba un partido de la selección Argentina por la clasificación del mundial de futbol, entonces el peluquero giro la silla para que yo pudiera ver el partido en un tv que se encontraba en una esquina arriba por lo cual yo no podía verme en el espejo.Al principio empezó a cortar con tijera y todo parecía normal luego sentí que habría un cajón y de pronto apareció el ruido inconfundible del cliper eléctrico, su enorme mano se apoyo en mi cabeza obligándome a mirar hacia abajo juntando mi pera contra el pecho y sentí el frío de las cuchillas eléctricas avanzando sobre el pelo en mi nuca, las cuclillas no parecían detenerse nunca, vi un enorme manojo de pelos caer al suelo,luego siguió con el lado izquierdo y el derecho, en ese momento el peluquero exclamo ¡!que paso lucas que te dejaste crecer el pelo tan largo, pero no te preocupes que en un ratito te lo dejo bien bien cortito como siempre!! Fue en ese momento que comprendí que el peluquero se había confundido de persona ya que yo me llamo esteban no lucas, sin embargo en ese momento no dije nada me quede helado mientras las cuclillas del cliper avanzaban ahora sobre la cima de mi cabeza en pocos minutos quede todo rapado a # 2 , luego coloco espuma de afeitar y con una navaja recorto los contornos. fue una de las experiencias mas excitantes de mi vida, cuando termino le explique la equivocación el pareció sentirse muy apenado pero tiempo mas tarde me explico (porque seguí yendo a esa peluquería) que en realidad lo había hecho a propósito porque sabia que ese corte me iba a quedar bien pero yo no me animaría. Hoy somos amigos y cuando voy a cortarme el pelo siempre le pido un “Haceme un Lucas”..

Mi primer corte militar ( by javi)

Fue una tarde de invierno, mi papá y Yo fuimos a renovar mi cédula de identificación, trámite que se realiza en el departamento de la policia federal argentina. Cuando llegamos mi padre se adelanto a la mesa donde lo atendió un oficial y le dio unos formularios para llenar. Yo estaba a su lado y el oficial, un tipo joven de unos 25 años mas o menos, me miró y le dijo a mi padré que tenia que sacarme una foto, pero que en lo posible me cortara el cabello para que se me vean los ojos.- Mi padre le parecio correcto lo que decia el oficial y que como el trámite teniamos que hacerlo por la mañana nos retiramos del lugar. Nos fuimos y casi llegando a mi casa mi papá decidió que era hora de cortarme el pelo, que ya lo tenia bastante largo y además puso la excusa de lo que habia dicho el policia.- Asi fue pues que llegamos de Armando un peluquero militar retirado amigo de el desde que eran chicos.- Yo estaba bastante enojado con la decisión y decidí hacer un berrinche para lo cual mi padré me tomo en sus brazos y me sento de un impulso en la silla del peluquero, y me dijo, ¡deja de hacer escandalo o te pelo!! Armando parecía disfrutar el hecho me puso la capa blanca rayada y dijo ¿bien corto?, a lo que mi viejo respondio, que parezca un soldadito, hace mucho que quiero hacerle este corte y su madre no me deja.- El peluquero empezo a pasarme la máquina a cero por la nuca y por los costados, pero parecía que el cero de esa máquina era mas de lo habitual por lo que quede bien blanco, casi afeitado en la nuca y los costados, luego puso un peine y me la paso por el resto de lo que quedaba de pelo.- Al finalizar dijo, bueno soldado Alejandro, listo para su incorporación, risas de por medio, mi padre pago y nos fuimos.- Yo estaba llorando en el auto, a lo que mi viejo me consolo comprandome una pelota y el equipo de futbol de independiente.- Solución que a mi me satisfizo porque automaticamente me olvidé de mi corte de pelo, y despues de todo mal no me quedaba. Tenia doce años y pareceia de nueve.- Al otro dia el oficial me reconocio enseguida para lo cual me regalo un chocolate y me pasaba la mano por mi cabeza haciendo la broma de que si me lo hubiera cortado el me hubiese cortado mas corto.- En fin luego vinieron muchos mas cortes tipo militar y de hecho nunca mas me disgustaron.- Hoy lo llevo bien cortito y cada tanto me hago un corte riguroso, pero no tan seguido.- Mi viejo es aun muy joven y siempre se acuerda del primer rapado y me carga diciendo, si te portas mal sabes que te llevo de vuelta a la peluqueria.-

soldados y amigos ( por roberto)

He sido un chico de siempre con pelo largo, lo más corto que lo he llevado ha sido cuando un verano mi padre me lo corto al 3 en la peluqueria. El caso es que me gusta llevar el pelo largo pero me encanta el pelo muy corto.Así que un día salí del colegio, de camino a mi casa hay una peluquería bastante antigua que la lleva un chico bastante joven, al que veo al pasar normalmente; aquel día estaba también otro chico joven, por su edad debería estar en la universidad; y... entré. El peluquero me dijo, siéntate que menudo pelo llevas (mi pelo es bastante tosco, despeinado y tiende a ondularse/rizarse), yo abedecí todavía no muy convencido. - Mira chaval ya tienes un cliente- dijo el peluquero mirando al otro chico que estaba a mi lado.Tenía un corte militar, extra corto, un flattop (corte rectangular) ultra recto y que se metía con la maquinilla casi hasta la frente (landstrip). - Aunque me da que poco vas a cortar.- Bueno, puede que no-dijo el chico- ahora se llevan los corte bien cortitos, a lo militar, ¿a que quieres uno de esos para ligar chaval?La verdad es que la idea me ataía muchísimo pero me daba bastante miedo, sobre todo por no saber la reacción de la gente a la que conocía. - La verdad es que creo que solo un retoque.En ese momento entró un chico de mi clase, uno de esos populares que ligan tanto con el pelo bien corto. Hola, Luis saludó al chaval joven. ¿Qué haces aquí? ¡ Hombre!Deberías raparte, así estarías mejor, me alegro de que estés aquí; tengo ganas de verlo. -me dijo.Yo estaba como en shock.- ¿Qué, le hacemos caso no?No me dio tiempo a responder, mi compañero le dijo: hazle un buen pelado, al 1 por detrás y al 3 por arriba como el mío.Luis dijo: Que va, este es de los míos - Dicho esto cogío las tijeras y corto toscamente bastante pelo, yo le dije - ¡No cortes tanto!. Pero siguió cortando. Me intenté levantar pero me agarró del hombro y estaba muy fuerte, aún así logré zafarme. Pero Mikel , el tío de mi clase me agarró y me volvió a sentar. Me quedé flipando, entonces Luis cogió la maquinilla y me la empezó a pasar a lo que supongo era el 1 por detras , por los lados y hasta el borde casí de la frente, después con el 3 hizo un borde fino alrededor; un corte como el suyo. Estaba completamente alucinado, me quedaba genial pero era flipante. Ahora, dijo Luis, te toca a ti, le dijo a Mikel; entonces le pagé y le dije, rapale todo al cero, me sonrió. En cinco minutos estaba rapadito al cero. Salimos muy contentos, desde entoces somos muy buenos amigos y nuestras nuevas novias también.

Por solidarizarnos terminamos como soldados ( por java)

Era una tarde de viernes, en el grupo por lo general somos 5 chicos que nos juntamos para ir al club a practicar natacion. Resulta que uno de nuestros amigos, oscar, no pidio si lo acompañabamos al salir del club a la peluqueria que tenia que cortarse el pelo porque ya le habian advertido en su trabajo. No habia problema y como siempre pasa cuando uno esta muy mechudo aprovecha y tambien se lo corta. En fin, tipo 7 de la tarde fuimos a la peluqueria de cerca de nuestro barrio, nada del otro mundo, mas bien antigua, el peluquero `Alberto` un tipo de unos 45 años nos vio entrar a los cinco y se sorprendio, pero no le molesto en lo absoluto. El pregunto quien se iba a cortar a lo que Hernan respondió `Yo señor`, bien dijo Alberto. Hernan tomo asiento en el sillon de los años 60 y le pusieron la capa blanca a rayas bien ajustada. Alberto era un tipo canchero, enseguida se puso hablar de futbol, de carrera de auto, para todo tenia tema de conversacion. Le pregunto a Hernan como queria su corte, a lo que respondio, cortito, como siempre. Yo no podia creer que en cinco minutos Hernan estaba rapadito al uno y lo sorprendente fue que le quedaba bien. Alberto sacudio los pelos y listo, Hernan estaba rapado. Quien sigue, pregunto Alberto? nadie decia nada, pero todos estabamos de acuerdo en cortarnos el pelo. Siguio Mauro, pero esta vez Mauro pidio que le dejaran un poco mas largo arriba, pero como nunca especifico el largo de los lados y la nuca, lo dejaron bien pelado a cero y con el peine N° 3 arriba. Luego me toco a mi, lamentablemente, Alberto sabe como es mi familia con respecto al pelo corto, asi que no me pregunto nada, segui el mismo destino que Hernan, rapadito al uno y sin chistar, luego siguieron Pablo con un corte Flattop y por ultimo el mas melenudo de todos `Marcelo`. Este ultimo no queria cortarserlo mucho, para lo que Alberto lo convencio diciendo que estaba de moda el pelo bien cortito, que no le sentaba nada bien tenerlo largo como lo tenia, y bueno, palabra fue, palabra vino, Marce quedo como Mauro, pelado a cero en los costados y la nuca y arriba peine N°3. Asi fue que por culpa de Hernan terminamos un sabado pelados como soldados, eso si, al salir de la peluqueria ya eran como las 8:30 de la noche, asi que nos fuimos todos a mi casa y pedimos pizza para festejar nuestro nuevos looks.- Mis padres aprobaron el corte de pelo, como era de suponer, pero nadie tuvo en cuenta que estamos en invierno y el frio en Argentina es bastante crudo. Saludos amigos, si quieren unirse a mi grupo de amigos, ya lo saben, cuando se corta el pelo uno se lo cortan todos. jaja!

TRABAJO SORPESA (POR EL PELAO)

Esta es una historia verídica, y verdadera, que me sucedió a mi hace unos 10 años.
Por aquel entonces yo era un chico de 26 años, recién licenciado, con ganas de comerme el mundo y de ser alguien en la vida. Mi único problema era mi aspecto, era un chico bajito, gordito, y con el pelo largo, y en todas las entrevistas de trabajo a las que asistía me rechazaban por mi aspecto. Un día vi en un periódico un anuncio de un trabajo en una ciudad cercana, y me dirigí a hacer una entrevista a ver si tenía suerte y encontraba un trabajo. Al llegar allí me encontré un almacén muy grande, y mucha gente trabajando, era un almacén de comida, y buscaban un informático para administrar las redes. Al pasar por el almacén me di cuenta de que todos los empleados de la empresa eran hombres, y todos estaban rapados, tenían la cabeza sin un solo pelo, cosa que me sorprendía, además de que todos me miraban al entrar, (yo tenia el pelo muy largo). Al pasar a las oficinas me di cuenta de que todos los trabajadores de las oficinas también tenían las cabezas afeitadas, cosa que me sorprendió aun más. Me dijeron que esperara y en poco tiempo saldría el director de personal para hacer la entrevista. Salio al rato un hombre de unos 50 años, grande, fuerte, y también con la cabeza afeitada, y al verme me dijo seriamente, pasa. Al pasar me hizo la entrevista y al finalizar me dijo que estaba muy cualificado y que si me interesaba el trabajo era mió, yo no lo dude, estaba muy bien remunerado, no le importaba mi aspecto, era mi trabajo perfecto. El lunes fui mi primer día a trabajar, y cuando llegue me recibió el director de personal, y me llevo hacia las oficinas, allí me explico mi puesto de trabajo, y luego me dijo que lo primero era ponerme el uniforme, y afeitarme la cabeza. Al decirme afeitarme la cabeza, no lo entendí, y le pregunte que quería decir, entonces me dijo que todos los trabajadores de la empresa van con la cabeza afeitada por higiene, ya que manejan alimentos y no pueden caer pelos sobre los productos alimentarios. Yo sorprendido le dije que yo no iba a manejar alimentos, que yo iba a ser informático, y me dijo que por solidaridad, todos los trabajadores de la empresa, toquen o no alimentos, se afeitan la cabeza, así no hay distinciones, y son todos iguales. En ese momento me dieron ganas de irme y dejar el trabajo, pero no podía desperdiciar un puesto de trabajo así, acepte y me fui a una habitación que había una silla, y una mesita con una maquina de cortar el pelo. El director me dijo que me lo podía afeitar yo o podía entrar un babero y afeitarme, yo sin dudarlo le dije que entrara un barbero y me lo afeitara el, ya que no tendría fuerza de hacerlo. Entro un barbero, y sin dudarlo empezó a pasarme la maquina por el centro de la cabeza, y hacia detrás. Yo solo podía ver como se caían lo pelos al suelo, ya que al no haber espejos, no podía ver como estaba quedando. Cada vez notaba mas ligereza en la cabeza, y un aire que me corría por encima de la cabeza, que hacia mucho tiempo no sentía. Cuando acabo me dijo que ya estaba, y que tenia que pasar por allí cada 2 días para tenerlo siempre bien afeitado. Todavía sin verme como estaba sin pelo, me dirigí al vestuario a ponerme el uniforme que me había dado el directo, y al fondo del vestuario vi un espejo, y al principio sentí miedo de mirarme, pero al final con todas mis fuerzas me dirigí hacia el espejo y me mire. Al mirarme no reconocí la persona que se reflejaba en el espejo, no era yo, era imposible, mi cabeza, era completamente redonda, no tenia ni un solo pelo en la cabeza, parecía un balón con ojos, me eche las manos a la cabeza, y sentí una sensación rara, mi mano se deslizaba con ligereza, sentía mis dedos. Desde aquel momento sentí que mi futuro estaba en aquella empresa, y que mi futuro era estar siempre afeitado.

Un corte de pelo inoportuno (por guillermo)

Todo sucedio un fin de semana en casa de un amigo. Termine de trabajar y sali de la oficina camino a la localidad de Zaragoza en el norte de España. Mi amigo tiene un taller mecánico junto con su padre. El padre de david es un hombre que pertenece al ejercito.. Su nombre es Miguel. Actualmente tiene una licencia por seis meses por lo que no esta trabajando sino que lo hace en el taller junto con su hijo. En fin, era una tarde de viernes y habia sido invitado a pasar el fin de semana con ellos. Asi fue que llegue a la casa de mi amigo donde toda la familia me recibio. Esa noche fuimos a comer a un restaurante de la zona, hicimos sobremesa, charlamos de muchos temas entre otras cosas y tambien en un momento Miguel me miró y me dijo `no crees que tienes el pelo muy largo para trabajar en una oficina?` a lo que respondi, `si por supuesto, pero ya arregle con David que mañana vamos a ir a la peluqueria a retocarnos nuestras pelucas! risas de por medio y todo siguio su curso. A la mañana siguiente David y Yo desayunamos y nos dispusimos ir a la peluqueria. Miguel estaba despierto mucho antes y se ofrecio llevarnos hasta la barberia. Cuando llegamos vimos con sorpresa que estaciono el auto y bajo con nosotros. Yo pense que el tambien se iba a cortar su pelo pero solo entro con nosotros, saludo al barbero que era su amigo y le dijo `te traje a dos muchachos de pelo largo, haber si les das una buena rapada que ya estan muy melenudos ambos`. Tome asiento primero, el peluquero un hombre de unos 46 años me puso la capa blanca y la ato con fuerza a mi cuello, empezo a peinarme y lo miro a Miguel y le dijo, esta crecidito el pelo de este, que hacemos? Miguel respondió, `a reglamento`. Fue en ese momento que no me salio una sola palabra solo atine a levantarme y Miguel puso sus manos en mis hombros y me sento diciendome `quieto que no te va a pasar nada`. Marcos el peluquero inclino mi cabeza hacia adelante y empezo a pasarme la maquina sin peine, mi amigo David se acerco y sonriendo me dijo, estas quedando bien rapado amigo! Yo seguia sin emitir sonido, solo pensaba como se iban a reir mis compañeros de oficina. En cinco minutos Marcos habia terminado por raparme y solo me dejo un jopo en la cima que me hacia ver mas joven, parecia un soldadito recien reclutado. Luego se sento mi amigo y corrio la misma suerte que Yo, al parecer su padre tenia esto planeado, pero no, en el auto nos confeso que cuando supo que ibamos a venir a la peluqueria no resistio la tentacion de hacernos cortar el pelo como en el ejercito, ya que siempre tenemos el pelo largo y desprolijo. fue entonces que decidio acompañarnos y decidir el que corte ibamos a tener. Obviamente Miguel mide 1,90 y pesa 100 kg, ninguno de los dos le hariamos frente. Despues de eso fuimos a jugar el partido de futbol, muchas chicas se nos acercaron y nos preguntaron si eramos militares, a lo que Yo respondi `si me quedo una semana con el padre de mi amigo seguro que si!

jueves, 2 de octubre de 2008