sábado, 27 de diciembre de 2008

Corte Inolvidable By Gabriel

Corte Inolvidable

By Gabriel

Estaba en casa de unos amigos, cortando el cabello de sus hijos, mientras ellos estaban en una reunión con otras personas. En unos minutos llegan 2 niñitos mas, muy bonitos, pero su cara casi no se veía de todo el pelo que cubría mas que sus ojos. Con que ganas hubiera seguido con ellos cuando termine con los pequeños de mis amigos!!! Guarde mis herramientas y cuando ya salía, una señora, la mama de los dos peluditos, me pregunta si no le haría el favor de ir hasta su casa al otro DIA, porque ella no tenia tiempo de llevar a sus nenes a la peluquería, para que les cortara el cabello. Por supuesto que prometí que le haría el favor.

Nada mas agradable que te paguen por hacer un buen corte cuando esta bien largo el pelo, como estos dos que iba a hacer. Así que me presente al otro día y la mama, sin tiempo una ves mas, me dijo la frase esperada: -cortales lo mas corto posible- y se dedico a otra cosa en la casa. Los niños parecían no poner interés en la cosas, mas quitarse toda esa molestia delante de su cara, creo que disfrutaban de cada parte de su cabello que caía.

Pero nada termina ahí, sino que empieza la mejor parte, porque en esos momentos se abre la puerta y entra el hermano mayor de los chiquitos, 18 años y el pelo pasándole los hombros, y debajo de su boca, lacio y sano, color ceniza. Inmediatamente se escucha la vos de la mama: -Que bueno que llegaste! Aprovecha para cortarte el cabello, ya escuchaste a tu papa, que tenemos una fiesta familiar y no te quiere ver con el cabello como lo tienes!- Creí que ya lo tenia en mis manos, cuando él responde: -Ni en broma, no me pienso cortar el cabello, me llevo mas de un año tenerlo así, no me lo voy a cortar por una reunión de familia- Entendí que ese no era el día en que iba a hacer otro corte mas, no al menos con este jovencito. Pero tuve la idea de acercarme a él de otra forma.

Comencé a decirle que su cabello se veía muy bien, y le pregunte si se tomaba tiempo para cuidarlo, y me respondió que no, que no tenia dinero para invertir en productos para proteger su pelo. Entonces inmediatamente me ofrecí para darle unas sesiones de cuidado capilar, con buenos productos, gratis, y por supuesto, accedió inmediatamente. Comencé con el apenas termine con sus hermanitos, y quedo muy satisfecho. Arreglamos para la próxima semana otra sesión.

Cuando llegue a la casa, la semana siguiente, el no estaba aun allí, y me encuentro sorpresivamente a su papa, quien me pide primero por favor que convenza a su hijo de cortarse el cabello, cosa que me pareció realmente difícil, porque sabia cuanto estaba disfrutando de su pelo largo, y que no tenia interés en cortarlo. Incluso yo estaba allí por una sesión de tratamiento, no para cortarle, pero el papa me dijo: si no lo convences de cortarle esa melena, tendré que hacerlo yo por la fuerza, y le va a quedar mucho peor.

Por supuesto que la idea me agrado, pero como se lo decía a este jovencito? Cuando llego, me recibió muy bien, pero de repente la figura de su papa lo asusto un poco y me pidió ir a su cuarto para hacer lo que haríamos. Ni bien cerro la puerta, le pregunte por si acaso si no había cambiado de idea, acerca de cortarse el pelo y me respondió que ni un poquito, que ahora que lo estaba ayudando, le estaba quedando mejor aun y estaba enamorado de su cabellera.

Con apariencia de pesar, le dije lo que su papa me había dicho, y que no tenia chance de salir de su cuarto con el cabello largo, pues su papa lo esperaba afuera con unas horribles tijeras oxidadas para dejarlo sin pelos. Hubiera pagado por ver su cara, sentía lastima por un lado y no veía la hora de tener todo ese pelito en mis manos por otro lado.

Yo ya no hablaba y él tampoco, demoro como 10 minutos cuando entonces se sentó en la silla que preparamos y dijo: -OK, no tengo otra, prefiero tu corte al de mi papa-. Le puse la capa y cuando iba a empezar, se levanto de repente diciendo: no quiero, no quiero!!!

Lo tome de los hombros y lo empuje a la silla otra ves, recordándole que no tenia otra alternativa, y antes de que se moviera otra ves, le di el primer tijerazo, le dije: -ya esta, ahora no hay vuelta atrás- Lo fui disfrutando, bien despacito, parte por parte, sin dejar mas que uno o dos centímetros, mientras escuchaba como lloraba este muchachito como si fuera un niño. Termine el corte, muy corto y sinceramente estoy convencido de que su cabello largo le quedaba perfecto, ahora entendí porque lloraba. Y cuando se vio en el espejo, lloro mas todavía, me pidió que lo dejar solo y me agradeció entre dientes que lo salvara de las garras de su papa.

Afuera, el papa esperaba la noticia, y le dije que su hijo estaba llorando, por el resultado del corte. Sin inmutarse, me pago y me agradeció muchísimo el favor, sin saber cuanto disfrute de ese momento.

FIN


1 comentario:

Anónimo dijo...

muy buena la historia y muy bueno el corte de pelo. he estado con el estomago en un puño al final de esta historia, enhorabuena te emvidio.