miércoles, 16 de junio de 2010

Mi primer cero. Historia enviada por buzz.

Sin dar demasiados detalles sobre el individuo que me la jugó en un momento en que era aún demasiado joven (e ingenuo, me temo) vayamos a lo práctico, y a lo que me afecta personalmente.
Tras quitarme buena parte de la ropa, para estar más cómodo, y arrodillarme en el suelo de frente a un gran radiador que había anclado a la pared, mi “amigo” me cogió los brazos, me los extendió y ancló con unas esposas mis muñecas a los extremos de ese aparato que encendimos, y empezó a calentar. El acuerdo empezó a cumplirse: su mano colocó mi cabeza en la posición adecuada a través de un brusco movimiento que casi me desnuca y empezó a pasar la maquina desde mi frente hacia la coronilla para, posteriormente, pelarme poco a poco toda la cabeza. Cuando terminó me quitó todos los pelos cortos con un secador. Hasta ahí todo según lo previsto.
Sin embargo cuando llegó el momento de soltarme el orden de acontecimientos comenzó a variar. Su mano empujó mi cabeza contra el radiador, que ya quemaba. Me la giró, permitiendo que viera más allá del suelo. Entonces me mostró la máquina, a la que quitó el peine, me la acercó a los ojos para que “viera de cerca las cuchillas” y la encendió. En ese momento me la metió sin contemplaciones a través del mínimo flequillo que quedaba, y lentamente me fue rapando al 0 toda la cabeza. Cuando no me quedaba ni un solo pelo, volvió a encender ese secador, con toda su potencia y todo su chorro de calor, y empezó a quitarme todos los pelos, no solo los que quedaban por mi cabeza del paso de la máquina, sino también los que tenía por todo el cuerpo. El calor, era espantoso.
Al terminar hubo unos minutos de silencio, en los que, esposado a unos tubos de hierro que me estaban asfixiando, pensé que no volvería a pisar la calle nunca. Entonces, sentí que mi cabeza empezaba a ser recubierta por espuma de afeitar para, más tarde, empezar a rasurarme.
Estaba empapado en lágrimas; me quitó las esposas y me dijo que con el tiempo “le agradecería el paso que había dado con él”. Tal vez este sujeto hoy esté leyendo esto…

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