lunes, 20 de octubre de 2008

MI EXPERIENCIA ( POR JULIAN)

Soy profesor de secundaria en un instituto de España. Enseño a alumnos adolescentes. Debo contar que no existe ninguna regulación oficial acerca del largo de pelo para los profesores de los institutos españoles, siempre he usado el pelo muy largo. Con una extraña contradicción, porque desde hace algunos años, todos los meses deseé cortarme el pelo muy cortó...y nunca me animé. Cuestiones de personalidad, el temor a cómo me vería con el cambio; ante mi novia, mis alumnos o mis colegas. Bueno, debo contar que una visita fortuita cambió mi punto de opinión, me dio seguridad y cambió mi aspecto. Veamos. Durante el año escolar, son frecuentes las visitas de los padres al instituto para pedir información sobre sus hijos; fundamentalmente me visitan aquellos que son padres de pésimos alumnos, y que desean ayudarlos en la superación de los exámenes o la aprobación de las cursadas. Este año, en mi curso, tuve un alumno desde todo punto de vista (intelectual y personal) brillante. Sus calificaciones fueron las mejores, sus tareas superaban a la de los restantes alumnos y además tenía una forma de comportamiento sumamente madura para su edad. Cual no sería mi sorpresa, cuando en el mes de septiembre recibí la visita de su padre. El señor X... pidió de una manera correcta una entrevista conmigo, se presenta con uniforme militar, me saluda muy atentamente. Supongo que ha habido un error o un malentendido en su visita (la verdad es que no me explico su presencia en el colegio) ya que le manifiesto Incondicionalmente, que su hijo cumple sobradamente con todas las expectativas del instituto y que debería sentirse orgulloso del mismo. -Precisamente de esto quería hablarle.- me dijo calmadamente. Así, brevemente, me explica que su hijo me admira y que me estima como su mejor profesor, motivo por cual había solicitado a la dirección del colegio que yo le entregara la medalla de promoción del colegio y su medalla de honores. Simultáneamente señala que el joven ha aprendido mucho de mi y que en algunos aspectos de trabajo me ha tomado por modelo. Yo le indico que aprecio mucho a su hijo y que no dude, que me enorgullece todo lo que me está contando. Finalmente y cómo si me dijera un deber que yo he estado desoyendo, me señala que lo único que entristece a su hijo es que yo use barba y pelo largo (en este momento lo usaba hasta la mitad de la espalda) porque él entiende que va en detrimento de lo que se espera de un profesor. Yo intento explicarle que un buen profesor no significa el largo de su pelo.El me señaló parcamente, que en el mes de abril, su hijo tenía el ojo negro. Yo lo recordé inmediatamente. Me dijo que fue por una pelea contra sus compañeros por defenderme de pelilargo, y que su hijo no había dudado en enfrentarse en una pelea contra cinco alumnos. Se produjo un silencio y concluyó, usted haga lo que deseé, pero esta es una cuestión de modelo y de defensa del orgullo. Bastó su comentario sincero, lacónico y un silencio para que comprendiera mi lugar. Fue un solo instante, pero cuánto aprendí. Le estreché la mano mientras le decía:-“lo comprendo bien y le doy mi palabra que mañana puede venir a verme con el pelo cortado como usted.” A la salida del colegio sólo pensé en hacerme pasar la máquina al cero. Caminé hasta una peluquería antigua del barrio. Para darme coraje en el recorrido fumé un cigarrillo tomando confianza. Entré en la peluquería con el frío del miedo, pero con el sentido de la promesa hecha. Salude, me senté en el sillón de cuero y le dije al peluquero: “- pelo y barba”. Me pidió que me cambiara de sillón para que me pudiera afeitar. Mientras me afeitaba me preguntó cómo me iba a cortar el pelo.-“Con la maquinita a cero”- le respondí. Me dijo que como hacía mucho que no me lo cortaba probara un corte intermedio, un poco más largo... que no me iba a acostumbrar a un cambio tan brusco. Ya cuando me vi. sin la barba supe que el cambio resultaría drástico, pero ya estaba en el baile e iba a bailar.Cuando terminó, enderezó definitivamente el sillón y le pedí que me rapara a lo militar. El hombre dudó y se sonrió: _ “Piensatelo que no hay vuelta” me dijo-“una vez que enciendo la máquina “quedas colimba” (término que usamos para soldado). Convencido por mi respuesta afirmativa, el hombre, con una tijera me cortó la mitad del largo del pelo y volvió a preguntarme. Yo, por mi parte insistí: -“rapado colimba”. Avanzó nuevamente cortando el pelo con la tijera. Desconfiado, mientras trataba de mirar la cara mía por el espejo preguntó una vez más. Yo me miré en el espejo y estaba asombrado y realmente feliz del corte que me estaban haciendo. Por fin le respondí:” -Imagínese que hoy entro en el servicio militar, ¿¡me va a rapar o no, cojones!? Entonces no dudó. Encendió la máquina a cero y me rapó hasta dejar blanco por encima de las orejas y la nuca y luego la pasó por casi toda la cabeza; me la pasó dejándome como un soldado en su primer día de ejército. Cuando terminó, me sacó la capa blanca llena de pelos y por vez primera aprecié (sin lugar a dudas) el cambio y vi. lo masculino que me hacía ese corte. Por primera vez tenía el pelo como un hombre. Me miré feliz en el espejo y mientras el peluquero me cobraba y barría la montaña de pelos del suelo, me encendí un segundo cigarrillo mirándome en el espejo.Me sentí feliz. Para mi asombro, mi novia reaccionó de una forma locamente apasionada conmigo, y manifiesta que siempre habría deseado verme así. Desde entonces y cada dos meses he vuelto al mismo sillón para quedar igual de rapado. Cuando le entregué la medalla a mi alumno, el padre se acercó a estrecharme la mano y a expresarme que se sentía orgulloso que haya sido el profesor de su hijo. Desde entonces frecuento su casa y he ganado un amigo.

7 comentarios:

Leonardo De Marco dijo...

Yo creo que eso de que el pelo lago no es serio, o que porque uno tiene el pelo de esa forma no puede esperarse lo mismo de esa persona, es una TERRIBLE ESTUPIDES YA QUE NO TIENE NADA QUE VER CON LO QUE PUEDE LLEGAR A SER UNA PERSONA!!!!!!
Cada uno tiene que ser como uno quiere ser, y NO COMO LOS DEMAS QUIEREN QUE UNO SEA, ya que si uno es como los demas quieren, no estaría siendo la persona que en realidad quiere ser.
Esto es fundamental para la vida, ya que es la personalidad de cada uno y es MUYT IMPORTANTE.
Julian: Por lo que entendí vos renunciaste a tu SER, por un señor que vino a decirte que vos no sos un buen porofesor para su hijo por llevar el pelo largo. Me parece que estuviste pésimo en renunciar a algo que a vos te gustava por una persona que vé las cosas desde un único punto de vista, o sea el de EL.
Yo te lo digo porque yo tambien tengo el pelo largo por los hombros, y tengo que luchar todos los dias contra el ¿que diran?, pero sabes... ya aprendí a ser como yo quiero y no como los demas quieren,ya que si no tenes en claro esto,¿quien sos en realidad?
Nunca te lo preguntaste?,Porque fuiste tan decididio a raparte?
Me parece que fué un impulso creado por una persona que dijo que tu podrías ser un mal profesor SOLO por e hecho de llevar el pelo largo.
Me gustaría contactarme contigo, soy Leonardo de Buenos Aires Argentina, y tu historia me interesó sobremanera. Te dejo mi dirección de correo electrónico para que habalemos, es leodemarco@gmail.com. Por favor contáctate con migo!!!!!!!
Atentamente...
Leonardo.

Anónimo dijo...

te admiro amigo yo tengo 14 años y no tengo el pelo largo normal pero mi obsecion es igual siempre he querido cortarme el pelo muy corto pero no tengo el suficiente valor de miedo a lo que digan mis amigos, padres, familia ETC creo que cuando sea mayor lo haré. me ispiro mucho gracias

Anónimo dijo...

yo tenog 15 años y tambien
me rape hace poco al uno solo que debido a que a mipadres no les agrada no lo eh permanecido el corte pero sino encantado yo rapado al uno
felicidades y si uqe se necesita valor.

Anónimo dijo...

El rapado queda bien según la forma de la cabeza y la cantidad de pelo que tengas, pero a los jóvenes en general no les queda bien pese a que esté de moda, ya tendrán tiempo de lucir pelones algún día. ¡Ah!, si solo tenéis entradas y-o la frente ancha, da igual la forma de tu cabeza, estarás espantoso si te rapas en exceso y te hará parecer mayor, prueba a dejarte en ese caso ó el pelo semi largo y cuidado ó los laterales mas cortos que la parte de arriba (y no me refiero a raparse al 2 y al 3 respectivamente). No solo lo digo yo, lo dicen todas mis amigas y en muchos foros.

Anónimo dijo...

como hago para publicar mi historia?

ayudamearaparme dijo...

HOLA PARA PUBLICAR TU HISTORIA ME LA TIENES QUE MANDAR AL CORREO ELECTRONICO DEL BLOG :

AYUDAMEARAPARME@HOTMAIL.ES

Anónimo dijo...

Yo siempre había sido normalito y convencional a la hora de vestir y peinarme. Nunca experimenté mucho que digamos. Llegados a los 48 años, di un cambio existencial radical en todos los sentidos: Me puse a perseguir epopeyas vikingas al precio que fuera. Mi primera opción fué dejarme el pelo largo de cojones. Pero no me sentaba bien. La barba crecía y crecía ante mi desidia por el afeitado. Entonces me corté el pelo largo, que no terminaba de gustarme, y sucedió: Dí con un peluquero al que le inspiró mi barba de filósofo en estado delirante y me dejó el pelo bien corto. El aspecto me sentaba como un guante. Desde entonces me he aficionado al queso rulo de cabra y a sistem of a down. El rapado primero lo hice yo solo al cero con una cuchilla de afeitar. Dado que el aspecto de armenio y la apuesta por el estilo mameluco me sentaba bien, decidí que el mejor largo de pelo para mi cabeza era ningún pelo. Fue un verdadero coñazo trasquilar tanta oveja. Así que me compré una maquinilla barata pero molona para las siguientes veces. El atuendo ha sido completado con ropa negra, low cost y algo asiática. Y unas gafas oscuras que no dejan ver nada de fuera para adentro. Me ha entrado un aspecto de pederasta que tira para atrás. Las niñatas de colegio están encantadas. Especialmente porque saben que pueden contar con el Tito Migue para comprarlas tabaco o alcohol. Fue un error no usar la juventud en el ámbito de la experimentación estética. Pero me alegro de haber encontrado ahora mi camino a tal respecto. Siempre comulgué con la idea de Nietzsche de que algunos espíritus enturbiaban sus aguas para hacerlas parecer profundas. Pero es divertido enturbiarse...